El futuro de Xbox apunta a ser más abierto y accesible que nunca. En plena transformación de su ecosistema, Microsoft ha reafirmado uno de sus pilares más queridos por los jugadores: la retrocompatibilidad total. Y esta vez lo ha hecho con el respaldo de AMD, su socio tecnológico de confianza desde los tiempos de Xbox 360.
En un nuevo vídeo, Lisa Su, CEO de AMD, ha revelado detalles clave del acuerdo estratégico firmado con Microsoft. Más allá de fabricar chips personalizados para las futuras consolas, AMD diseñará una hoja de ruta completa de procesadores optimizados para el juego, combinando lo mejor de las arquitecturas Ryzen y Radeon para consolas de sobremesa, dispositivos portátiles, PC y servicios en la nube.
Pero lo más destacado del anuncio es claro: la retrocompatibilidad estará garantizada en todos los dispositivos Xbox. Según Lisa Su, “estos nuevos chips estarán diseñados con compatibilidad con versiones anteriores, para que los jugadores puedan acceder a sus títulos favoritos en todas las plataformas”, reforzando una promesa a jugadores y desarrolladores por igual.
Esta visión encaja con la estrategia cada vez más transversal de Xbox, que ya no se limita a una sola consola. Además de los juegos publicados en PlayStation o Switch, Microsoft apuesta por nuevos formatos como la ROG Xbox Ally, una consola portátil tipo Steam Deck desarrollada junto a ASUS, que representa el inicio de una nueva generación de hardware flexible y conectado.
Este enfoque abre un abanico de posibilidades: jugar a tus títulos clásicos de Xbox, Xbox 360 y Xbox One en consolas portátiles, sobremesa o incluso en la nube, sin barreras ni limitaciones. Si bien aún quedan dudas como la compatibilidad total en Windows 11 o con títulos fuera del programa Play Anywhere, rumores apuntan a que Microsoft trabaja en un sistema de emulación avanzado para llevar la retrocompatibilidad al siguiente nivel.
Con este movimiento, Xbox se consolida como un ecosistema sin fisuras, donde tu biblioteca te acompaña allá donde vayas. Un golpe sobre la mesa para demostrar que, en la nueva era del gaming, preservar el legado importa tanto como mirar hacia el futuro.