Los rumores sobre la próxima generación de consolas siguen calentándose, y todo apunta a que Microsoft está preparando un golpe sobre la mesa con su nueva Xbox. Según un reciente informe del reputado canal tecnológico Moore’s Law is Dead (MLID), la próxima consola de la compañía no solo sería más potente que la futura PlayStation 6, sino también más cara y ambiciosa en su planteamiento, buscando borrar la línea que separa las consolas tradicionales de los ordenadores gaming.

El informe asegura que el nuevo sistema de Xbox estará impulsado por el AMD Magnus APU, un procesador híbrido que combina CPU y GPU en una sola pieza de silicio. Este chip sería el más grande jamás integrado en una consola doméstica, superando en un 46 % el tamaño del que supuestamente prepara Sony para PS6. Este salto permitiría alcanzar un rendimiento muy superior, pero también implicaría costes de producción mucho más elevados, lo que situaría su precio final entre 800 y 1200 dólares, dependiendo de la configuración y capacidad de memoria elegida.

Una consola que piensa como un PC

El objetivo, según MLID, es claro: difuminar la frontera entre consola y PC. Microsoft estaría diseñando un sistema capaz de ejecutar no solo los títulos de la Xbox Store, sino también juegos procedentes de plataformas como Steam o Epic Games Store, integrando una versión optimizada de Windows 11 como sistema operativo base. De confirmarse, estaríamos ante una consola que funcionaría prácticamente como un PC gaming de gama alta, pero con la facilidad de uso de una Xbox tradicional.

En términos de potencia, el chip Magnus podría alcanzar hasta un 30 % más de rendimiento que PS6, aunque MLID matiza que la diferencia real en los juegos no será tan abismal. Donde sí se notará el salto será en entornos de alta tasa de refresco, como monitores de 144 Hz o superiores, donde esta nueva Xbox podría mover títulos exigentes a 144 FPS frente a los 120 FPS de la consola de Sony.

El salto técnico sería similar al visto entre Xbox One X y PS4 Pro, pero con una clara ventaja en estabilidad y escalado gráfico.

El concepto de “PC-consola” toma forma

Este nuevo enfoque se alinearía con la estrategia de Microsoft de los últimos años: crear un ecosistema unificado en el que el hardware, el Game Pass y la nube trabajen de forma conjunta. Si el sistema llega finalmente con un Windows adaptado al entorno de consola, se convertiría en el primer “PC-consola” de producción masiva, capaz de competir directamente con ordenadores gaming preensamblados de marcas como Asus ROG, HP Omen o Dell Alienware.

El analista incluso sugiere que este movimiento podría sacudir el mercado del PC, ya que un dispositivo con potencia equivalente a una RTX 5080 o incluso una 5090, ofrecido a mitad de precio, pondría una enorme presión sobre los fabricantes tradicionales.

Un movimiento estratégico de largo alcance

Por ahora, Microsoft no ha hecho comentarios oficiales sobre estos rumores, aunque recientemente confirmó que la próxima generación de Xbox ya está en desarrollo y que su objetivo es “marcar el futuro del juego multiplataforma”. Las filtraciones coinciden con los planes filtrados por la propia compañía en 2023, donde se mencionaba una nueva arquitectura centrada en la convergencia entre consola y PC.

Si los datos de MLID resultan acertados, la nueva Xbox podría redefinir lo que significa una consola doméstica, apostando por un ecosistema más abierto, más potente y más cercano que nunca a la experiencia de un ordenador gaming de élite.

Comment